Orando cuando no quieres
Oct 20, 2023
En medio de las tormentas emocionales, a veces parece que hasta la idea de orar, ir a la iglesia o leer la Biblia se va de vacaciones. ¡Vamos, hasta las tareas más básicas pueden sentirse como un deporte extremo en esos días!
Y honestamente, cuando estás atrapado en el club de la falta de motivación, la tristeza, el aislamiento, la falta de sueño, la fatiga constante, los pensamientos negativos y toda la pesca, lo último que te apetece es buscar a Dios. ¡Esas voces de '¿Para qué?' y '¿A quién le importa?' no ayudan, ¿verdad?
Pero aquí está la clave: en esos momentos de desesperación, es cuando más necesitamos ese cable directo con la fuente de vida, paz y alegría. Dios ya está en nuestro equipo, y no podemos darnos el lujo de perder esa conexión esencial.
Es por eso que debemos ajustar nuestras expectativas sobre cómo buscar a Dios en tiempos de sufrimiento emocional y superar los obstáculos que nos impiden acercarte libremente a Él. Encontrar a Dios incluso cuando la tristeza y la ansiedad intentan hacer de las suyas es imperativo no solo para nuestra salud emocional sino también la espiritual. ¡Nunca dejes de buscar a Dios! Tu camino hacia la paz está en marcha. ¡Con Él superamos cualquier tormenta!
Recuerda la verdad bíblica de que ¡Tu transformación está en camino! pues Él nos promete que nos lleva "de victoria en victoria" (2 Corintios 2:14), y que no dejará empezada la obra que inició en nosotros sino que "la perfeccionará" (Filipenses 1:6).
Aquí tienes tres pasos simples para orar cuando no tienes muchas ganas:
1. Encuentra tu Lugar Feliz: Busca un rincón tranquilo donde puedas relajarte, o sal de tu casa a un lugar que te acerque a Dios. Un lugar sin distracciones, ¡como una especie de refugio de paz!
2. Respira Profundo: Haz unas cuantas respiraciones profundas para calmarte. Reflexiona sobre tus pensamientos y sentimientos en ese momento. Sin juicios, solo acepta cómo te sientes y ten la certeza de que Dios te acepta ahí donde estás.
3. Empieza Pequeño: No necesitas una oración elaborada. Comienza con algo sencillo y honesto, como decir "Hola, Dios, no tengo muchas ganas de orar, pero aquí estoy". La honestidad es la clave.
4. Di el nombre de Jesús y enumera Sus características: Solo decir el nombre de Jesús repetidamente puede romper tu atascamiento espiritual. También lo es empezar a nombrar en voz alta palabras sobre Su carácter. Esto tiene la habilidad de intercambiar tu pesadez por un manto de agradecimiento y alegría. No menosprecies el poder espiritual que este ejercicio bíblico tiene.
Recuerda, no hay una forma "correcta" de orar, y está bien sentirte un poco flojo al principio. La práctica constante te ayudará a superar la resistencia y a sentirte más conectado con tu espiritualidad con el tiempo. ¡No hay prisa! ¡y Él te ama!
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